A veces el exceso de grasa, en especial en esas áreas problemáticas que todas conocemos, es sencillamente imposible de eliminar. No importa cuántas rutinas de ejercicio o dieta hagamos, la barriguita nunca se va por completo y, peor aún, la dieta puede dejarnos con la piel flácida y caída.
Todos sabemos que el abdomen es, sin duda, una de las áreas más difíciles de cuidar y mantener en forma, en especial para la mayoría de las mujeres que tienen una tendencia natural a acumular grasa en esta zona, además, el embarazo, los cambios de peso, y las hormonas pueden causar estragos, en algunos casos irreversibles, como las estrías y la flacidez del abdomen.
En estos casos, lo más recomendable es someterse a la famosa Abdominoplastia o Tummy Tuck, este un procedimiento quirúrgico en el cual se reseca o extirpa cantidades variables de piel del abdomen, a la vez que se corrige la flacidez del plano muscular de la pared abdominal, obteniéndose un abdomen más plano, firme y bello.
Actualmente, gracias a los avances médicos, el procedimiento se realiza de manera ambulatoria, bajo anestesia general. En primer lugar, se practica una incisión en la parte baja del abdomen, siguiendo la línea del vello pubiano, y que se prolonga hacia las caderas dependiendo del área a tratar, de forma tal, que a futuro pueda quedar oculta bajo la ropa interior del paciente. La incisión permite al cirujano liberar la piel del abdomen, reforzar con suturas los músculos abdominales y eliminar la piel flácida sobrante, y en muchos casos recolocar la ubicación del ombligo para recuperar la simetría.
Este procedimiento puede combinarse con una liposucción, convirtiéndose en una Lipoabdominoplastia, en la que, además de retirar la piel flácida, también se puede extraer el exceso de grasa acumulado en el abdomen, cintura, caderas y espalda. La recuperación es relativamente rápida, y requiere el uso de una faja elástica por un periodo diseñado para cada paciente.
Como todo procedimiento quirúrgico no está exento de riesgos, sin embargo, estos disminuyen si el procedimiento es realizado por un cirujano experto, quien, no solo debe atenderte al momento de realizar el procedimiento, sino que debe acompañarte en el proceso de recuperación. Es fundamental, luego de este procedimiento, seguir al pie de la letra las indicaciones de tu cirujano, así como cuidar tu alimentación y ejercitar al tiempo debido, para que tu abdomen recupere su firmeza.
Sin duda alguna, estos procedimientos no solo pueden mejorar tu aspecto, sino también, darte más seguridad y mejorar tu autoestima. Recuerda que todos poseemos una belleza natural, pero gracias a la cirugía estética, puedes verte y sentirte mucho mejor.
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